Nos
acercamos a la mítica fecha del 21 de diciembre de 2012, fecha en la que según
las interpretaciones de muchos investigadores del Calendario Maya y de otros
calendarios similares, predecían el fin del mundo. Como siempre, con nuestra
imaginación de hombres de técnica del
siglo XXI hemos convertido el fin del mundo en batallas contra seres invasores,
máquinas que se revelan y terminan con nuestra civilización, tempestades
escalofriantes que dejaban la tierra sin ningún ser humano y sin ningún lugar habitable,
ocasos devastadores. Libros, películas, conferencias, vídeos en you tube, nos
han inundado durante estos últimos años con todo tipo de siniestros.
Sin
embargo, tanto los mayas como las otras civilizaciones que predijeron los
cambios para estos tiempos eran más sutiles en su concepción de la vida y
estaban más en contacto con la naturaleza, con su entorno, con el sentir de
nuestro planeta Tierra, el Sol y el Universo; por eso, su fin del mundo tenía
más que ver con sucesos que nos viene contando muchos investigadores y
astrónomos de cambios que se están produciendo en nuestro sistema solar (para más
información por ejemplo los vídeos de Nassim Haramein en you tube o las tormentas
solares que se están produciendo con más frecuencia en estos momentos), que con
poderes extraterrestres que quieran acabar con nosotr@s.
No tenemos
más que mirar alrededor para darnos cuenta que, efectivamente, ha llegado el
fin de UN MUNDO para dar paso a otro nuevo. Nuestro sistema económico, que
hemos impuesto por toda la faz de la tierra como el mejor y único posible, se
desmorona a pasos agigantados y seguimos intentado recoger y colocar los trozos
que se caen como los pedazos de un rompecabezas que se resquebraja y que,
creemos, puede volver a recomponerse. Pero están entrando otras formas de ver
la vida, otras estrategias de economía, nuevas miradas en las relaciones entre
las personas, estudios más ecológicos sobre cómo aprovechar los recursos de la
tierra para nuestro beneficio sin esquilmarla sino sosteniéndola. Las protestas
de miles de personas que piden a gritos que no se pierda de perspectiva lo
importante que es al ser humano, en vez de que primen bancos, primas de riesgo,
Ibex, dow jones, y especuladores que se han enriquecido a costa de engaños, son
también un grito de por dónde quieren que caminemos de la gran mayoría de la
población. Nuestros políticos (de todos los países), mediocres, no saben
reconocer los mensajes que están llegando de cambio profundo estructural porque
significaría perder muchas de las prebendas que hasta ahora tienen, porque
están perdidos y tienen miedo de no saber qué hacer si dejan de decir que están
trabajando para el bienestar social!!!
La nueva
consciencia no la va a marcar nadie, la tienes que marcar tú para ti mismo,
cuáles son los valores con los que quieres vivir y con los que quieres
relacionarte con los demás. Los cambios que se están viviendo a nivel
planetario y que afectan a la tierra, nos afectaran también a nosotros como
seres vivos que somos, como energía que somos, que nos alimentamos y vivimos de
lo que nuestro planeta nos ofrece. No podemos quedarnos al margen de lo que
ocurre porque estamos inmersos en el mismo proceso de cambio y transformación.
Yo no tengo
recetas ni fórmulas mágicas que ofrecer, pero sí os puedo decir que ahora trato
de vivir el día a día, sin angustiarme por un futuro que no sé cómo va a ser.
Hoy es lo que tengo, lo que soy, lo que puedo comer, lo que puedo decir y
hacer; y tratar siempre de vivir a tope esas horas que tengo por delante. Mirar
al futuro es mirar a un vacío que produce casi vértigo por lo rápido que cambia
todo; mirar al pasado es quedarte anclado en lo que fuiste, en lo que ya ni
eres. Nos llevan vendiendo lo de la crisis desde hace ya muchos años, ni
siquiera ellos saben qué va a pasar, por eso ¿tiene sentido seguirles el juego y estar esperando a que funcionen esas fórmulas que todavía no han dado
resultado?
Para
momentos de ansiedad, de confusión, de que mi estómago parece que se cierra en
la angustia, trato de respirar profundamente, de que el oxígeno penetre hasta
lo más profundo de mi cuerpo una y otra vez, una y otra vez hasta que calmo mi
mente y puedo mirar las cosas desde otra perspectiva. Me estoy reconstruyendo, reinventando cada día, es lo que he aprendido en este
último año de cambio radical: no hay edad, solo hay deseos.
Por eso,
dale la bienvenida al cambio y la transformación que trae este final de una
perspectiva y ábrete sin miedo a lo que viene. ¿Quién sabe lo que puedes
descubrir de ti mismo? ¡¡¡Quizás te sorprendas!!! Apóyate en las personas que
amas y que te aman, y disfruta de cada minuto que te brinda la vida.